Marcas

De aldea en aldea...
31/7/13
José Ángel de Miguel Pérez
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Ahora se habla mucho de la Marca España, una especie de política que pretende promocionar la imagen del Estado en el Exterior. Parece ser que lo importante es hacer ver en el extranjero que aquí no estamos tan mal  como se cuenta y que los pesares, la murria y el tedio son cosas del desinformado e ignorante vulgo, que más allá de comprender las cosas, es decir, recorte de derechos y  libertades,  se obstina en tirar piedras contra su propio tejado. Pues lo dicho, resulta , que lo que un día fue una provincia Romana, posteriormente un imperio donde no se ponía el sol  y hasta antes de ayer en un Estado Social, democrático y derecho, ahora es una Marca, entelequia dónde las haya. Incluso se ha creado un Alto Comisionado del Gobierno, con rango de Secretario de Estado, para desarrollar  funciones similares a las que en su día realizaba el Nodo, institución o servicio que en su día dependió del Extinto Ministerio de Información y Turismo.  El próximo uno de Agosto, como es bien sabido, el  Presidente del Gobierno, comparecerá en el hemiciclo del Congreso para hablar de las excelencias de la Marca España y arremeter contra el que ose desprestigiarla o ponerla en duda. Lo de Bárcenas y otros trileros son temas tan poco serios que no merece la pena tratarlos en instancias tan dignas.

En nuestra querida Soria, la conformista y poco contestataria, los tiros van por el mismo camino: Instaurar la Marca Soria cueste lo que cueste, ejecutando políticas en las que lo importante es dar una buena imagen en el exterior para vender nuestras excelencias y de paso si nos perpetuamos en la pesebrera mejor, considerando que lo importante es el pan y que  la chicha, lo de dentro del bocadillo, es lo de menos. Igual da si el bocata es del mismo pan o de solomillo a la pimienta. El problema es que esos tiros pueden salir por la culata. El ejemplo es muy claro: Un visitante con motivo del Enclave del Agua, al ver y sufrir el guirigay del centro de la capital de manera clarita dijo contrariado “ Aquí no vuelvo ni harto de vino”. Como decía mi abuelo “ Pan con pan comida de tontos”. Mientras, la deuda viva se reaviva.

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