Sorianos, Catalanes y el resto del mundo.

De aldea en aldea...
18/9/13
José Ángel de Miguel Pérez
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Para qué vamos a engañarnos, por aquí, por estas tierras del extremo Duero, no se quiere a los Catalanes, ni mucho ni poco, simplemente no se les quiere. Tan sólo hay que sacar la conversación en un bar o en una peluquería para comprobar tal extremo, y eso a pesar de que muchos de nuestros congéneres y paisanos decidieron marchar hacia esas tierras a matar el hambre y asegurar un futuro. El caso es que sin razón ni fundamento alguno, más de uno contribuiría con su mano de obra a construir un muro que recorriese la marca aragonesa desde los Pirineos hasta la linde con Castellón. Muchos achacan ese resentimiento hacía Cataluña a los propios Sorianos que se marcharon hacia esas tierras, que cuando volvían el día de la fiesta se pavoneaban en el baile alardeando de su buen presente sacando las vergüenzas a los que se habían quedado a conservar el terruño. No creo que el asunto vaya por ahí. De hecho otros paisanos han emigrado a otras tierras y el concepto de las mismas es bien distinto. La razón de la animadversión hacia lo catalán hay que encontrarla en el maniqueísmo en el que estamos sumidos, que es en base parte del motor que mueve nuestro bipolar sistema social; ya saben, o blanco o negro; conmigo o sin mí, este es el negocio y no caben por medio los tonos grises ni las medias tintas. 

Territorialmente e históricamente nos ha tocado vivir en la periferia de la Corte y por tanto, a pesar de ser unos auténticos sufridores y damnificados del centralismo de Madrid, nos posicionamos como vasallos incondicionales a una causa que no es la nuestra, siendo en ocasiones más papistas que el Papa. Dicen que la solución a este problema atávico pasa por el federalismo. Ya me gustaría. Pero sí no tenemos claro, y por lo tanto no hemos asumido lo del autonomismo, como para entender lo de los Estados Federales. Además no interesa, es más rentable dormir con el enemigo y vivir de la afrenta. Lo que tengo claro, a estas alturas de la partida, es que a las mediocracias de uno y otro lado les ha salido un grano en el culo, el Pueblo, sobre todo a la Catalana, capaz de hacer bueno el dicho: “ cuando alguien cree que algo le pertenece debe luchar por ello”. Esto, aquí, se nos ha olvidado.

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