El Temeroso y el Ministro

De aldea en aldea...
19/2/14
José Ángel de Miguel Pérez
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Hay cosas y lugares que son fieles a su propio nombre. Es el caso del Temeroso, una cuesta que no llega a la categoría de puerto (según algunos habría que discutirlo) pero por el contrario, desde tiempos inmemoriales ha causado cierto temor a todos los viajeros obligados a transitarlo ( particularmente en época invernal). Puede que algo de culpa tuviera el temible Almanzor cuando en los albores del primer milenio, en el fragor de la batalla cruenta que el Caudillo musulmán libró por estas tierras, perdió su legendario tambor. Si uno hace un ejercicio de curiosidad y teclea Temeroso en Google las primeras entradas que aparecen hacen referencia a hechos luctuosos relacionados con accidentes de tráfico. Así no es de extrañar que la EURORAP ( European Road Assesment Program) haya concluido que el tramo desde Valdealvillo hasta el cruce de Calatañazor sea el más peligroso de España en 2013: tres muertos y ocho heridos graves en los dos últimos años es un triste balance a tener en cuenta y un acicate en la sensibilidad del político de turno para que se reanude, de una santa vez ( expresión que gusta utilizarse en los ambientes selectos del PP y a la que algunos dirigentes del SOE recurren frecuentemente)  la construcción de la autovía del Duero sobre las ruinas de su propio proyecto. Un ejemplo más de cómo tirar el dinero público por las cloacas de los eufemismos de la eficacia administrativa. Si a esto unimos la nueva reforma de la Ley de Seguridad Vial en la que se va hacer responsable, en cualquier circunstancia, al conductor que atropelle a un animal suelto, el conducir por las carreteras sorianas se va a convertir, si ya no lo ha hecho, en una auténtica aventura de la que estoicamente, como siempre, debemos sobreponernos.

Estos días, dicen, que ha venido el Señor Soria a visitar la cuna de su apellido( concretamente al Burgo de Osma) y de paso a ejercer de Ministro de Turismo, algo de industria y muy poco de energía. Algunos le han elevado estas cuitas sobre las infraestructuras. Oídos sordos y buenas palabras como en las audiencias reales. La comida, según la crónicas , como en las bodas con obispo: tres platos, café, copa y puro.

 

 

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