¡Agua va!

De aldea en aldea...
6/3/13
José Ángel de Miguel Pérez
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En 1904 se presentó ante el Ayuntamiento de Soria un informe, que redactó la Comisión de Salubridad y Salud, poniendo en conocimiento la relación tan estrecha que existía entre enfermedad y la falta de higiene. En ese informe se aseveraban hechos como: “ ... en casi todas las calles de Soria y en gran número de habitaciones de muchas casas, se nota un subidísimo y repugnante olor....” Eran  tiempos en los que los retretes brillaban por su ausencia ( en 1928, sólo el 37 % de las casas en  Soria tenían agua potable, cuando en la mayoría de las ciudades españolas esto estaba superado) y se practicaba lo del ¡ Agua va! , una advertencia que se hacía a los viandantes ante el peligro que suponía que aguas sucias , orines y otra inmundicias les cayese encima. 

 

Hoy las cosas han cambiado, hay retretes y agua potable en todas las viviendas y lo de la salubridad pública está controlado. Pero también es cierto que hay algunas costumbres que en este sentido no están superadas por algunos vecinos que todavía piensan que la calle es un espacio de uso público similar a un estercolero. Es común, todavía, ver y sufrir como después de comer se sacude el mantel por la ventana ; se desempolva la mopa por el balcón; o se da de comer a gorriones y palomas con las sobras del almuerzo; puede, incluso, como ha sido mi caso, el  haber sido bautizado con algún lapo o haber sufrido algún que otro  intento de incineración como consecuencia de alguna colilla despistada.  Sin ir más lejos, hace unos días, en la confluencia de la calle Estudios con la de Teatinos, un amigo presenció como de las alturas caía una bolsa de llena de basura que impactó en el suelo de la calle, quedando, ante el estupor de transeúntes, todo su contenido esparcido en el firme para regocijo de gatos y roedores. ¿ Se acuerdan de lo que cantaba Roberto Carlos, Yo quiero ser civilizado como los animales? Algunos todavía piensan que forman parte de una piara con derecho al uso incondicional de una cohorte. Por lo menos podrían avisar.

30 años de Estatuto de Autonomía.

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27/2/13
José Ángel de Miguel Pérez
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El pasado lunes se celebró con gran pompa y boato el trigésimo aniversario del Estatuto de Autonomía. Sólo faltó el cantar el “feliz , feliz en tu día”, una de las canciones estrella de los Payasos de la Tele. Para dar empaque al evento, como viene siendo habitual en este país, hubo que llamar a un hombre de Fútbol: Nada más y nada menos que a Don Vicente del Bosque. Parece ser que era la única manera para llamar la atención sobre una efeméride que la mayoría de los Castellanos y Leoneses desconocen, y que por otra parte les viene al sayo. En estas ocasiones se tiene por costumbre, como en las antiguas bodas, el decir unas palabras para realzar el acontecimiento. En las Cortes Autonómicas se soltaron discursos huecos de sentido que pusieron en liza la existencia de dos realidades paralelas e inconexas, la realidad que perciben nuestros prebostes y la realidad que percibimos los ciudadanos. El ejemplo es claro. 

 

Mientras se hablaba de la vertebración territorial y de la necesidad de corregir los desequilibrios entre los territorios, y sobre todo potenciar el mundo rural, uno de los principios básicos que propugna el treintañero Estatuto, los responsables de aplicación de estas políticas, tijera en mano, son capaces de ensañarse en el recorte para conseguir todo lo contrario de lo que propugnan; mientras se alentaba la necesidad de fijar población y sobre todo evitar la huida de los jóvenes a otros territorios, en nuestra Soria, uno de los territorios más despoblados de Europa, se cierran facultades, centros escolares, líneas de autobús, centros de urgencias, etc….Pero lo peor de todo no es esto, lo peor es que esta norma institucional básica no se la cree nadie, que el autonomismo que se practica es de tómbola de pueblo y bajo el disfraz de la autonomía lo que aparece es una auténtica Delegación del Gobierno Central. Luego dicen que hay que crear identidad regional y conciencia autonómica, cosa imposible si no existe una autonomía real. Lo curioso es que esto es tan “ fácil” como aplicar el Estatuto, cosa que no se hace, y creo yo , que es demasiado tarde.

Cuentos, cuentas y otras contabilidades.

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20/2/13
José Ángel de Miguel Pérez
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Me resulta curioso el  “ fregao” en el que se ha metido la Junta de Castilla y León con el tema de la titulación de Agrarias. Bien es sabido que desde Valladolid, la gran central, poca consideración se tiene por la periferia, y si es cosa de suprimir, mejor que sea donde no haya rentabilidad y sobre todo, en lugares en los que habitan cuatro gatos. No es nuevo, así son las políticas que se basan en el beneficio en vez del servicio y que suponen el sacrificio de los de siempre. Desde el ombligo de la comunidad no ha habido decisión, bien por acción o por omisión, que haya beneficiado de manera clara y directa a Soria. Lo de finiquitar Agrícolas, una de tantas decisiones nefastas, digo que me resulta curioso, por que parece ser que la discordia radica en la contabilidad de los alumnos matriculados. Con lo fácil que es bajar al Campus y contarlos. Pero a la Junta ( y a la cúpula de la Universidad de Valladolid) el entrar en lo obvio no le interesa. Para estas entidades es preferible aferrarse a su particular relativismo y elucubrar sobre el número de alumnos. Señores que no es esto, que no es una cuestión de contar o no contar. Que si no hay gente, lo que tienen que hacer es potenciar y promocionar una titulación que sea lo suficientemente atractiva para que ingenieros agrónomos de todo el mundo se formen y a su vez significar el campus soriano como un referente en la materia.

 

Claro,  que para eso hay que invertir, verbo que conjuga muy mal con Soria. En esta provincia lo que necesitamos, entre otras muchas cosas, es gente, y cargarse una facultad no es precisamente una medida impulsora del mantenimiento e incremento de la población. Pero es que además, esto no es principalmente una cuestión de gente, es una cuestión de voluntad, de creer en lo que se tiene. Que no nos vengan con cuentos. Hace unos días leía que los vecinos de Pradoluengo, Burgos, querían anexionarse a la Rioja por que la Junta de Castilla y León no les proporcionaba los servicios públicos de manera eficaz. No me extraña. Aquí en Soria deberíamos ir pensando lo mismo.  

Ficción.

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13/2/13
José Ángel de Miguel Pérez
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Esto que les voy a confíar es ficción, aunque ya se sabe que la ficción supera ampliamente la realidad.

Como bien es conocido el Caudillo era gran aficionado a las cacerías. En ellas se fraguaban los grandes negocios que se hacían en España. A estos Saraos acudían la flor y nata de la sociedad española, ministros, subsecretarios, funcionarios de copete, orondos banqueros, gentes del alto clero, la rancia aristocracia, altos mandos del ejército, burgueses bien posicionados y sobre todo, muchos contratistas de lo público, paganos de la montería y beneficiarios, principalmente, de las prebendas que surgían de estos saraos. Estos últimos eran plebeyos espabilados, con muy poca formación, que aprovechando el sitio y el momento oportuno, dieron el pelotazo de su vida, siguiendo el dictado de sus escrúpulos y de paso servían a la patria para orgullo del Generalísimo y sus secuaces. Todos los mencionados eran alérgicos a lo que hoy es un dogma incuestionable, la libertad de los demás, el pluralismo político, la justicia y la igualdad. Cual prestidigitadores de postín conseguían que la interpretación de las leyes, por el arte de birli birloque, se decantara en beneficio de sus intereses. Incluso eran capaces, con su natural persuasión, de conseguir que la capacidad ímproba del legislativo les regalase normas ad hoc para el mantenimiento de sus privilegios.  

 

Hoy, esto que acabo de contarles, propio de tiempos ya olvidados, afortunadamente, no sucede. Sino, que se lo pregunten a Don Alvaro de Marichalar que ha sido expedientado por el Ayuntamiento de Garray por no tener una licencia de obras en orden. La alta aristocracia soriana pasando por el aro.

Hoy, dios mediante, la moralidad católica, incorrupta, de nuestra clase dirigente , paladín de occidente, es el garante del inmaculado sistema que nos protege como ciudadanos,  de lo contrario, el Sumo Pontífice, como valedor de estos principios, no dudaría en presentar la dimisión. 

Políticos y políticas.

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6/2/13
José Ángel de Miguel Pérez
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Debo de ser muy ingenuo al preguntarme por qué hay gente que se embarca en la aventura de la política. Siempre he pensado que el dirigir de manera altruista los designios de lo público, e incluso de una colectividad,  es un marrón muy gordo y en la mayoría de los casos con muy poca  recompensa y satisfacción ( me refiero, obviamente, a cargos no retribuidos) . Quién haya  sido presidente de su comunidad de vecinos, miembro de una junta directiva de una asociación cultural, club deportivo, AMPA, asociación vecinal o cualquier otro colectivo sabrán de lo que estoy hablando. Todo esto supone quitarte de tu tiempo libre, el sumar desvelos a tu sueño, el enfrentarte a situaciones de tensión, y por supuesto, asumir ciertas responsabilidades, que de estarte quietecito , difícilmente soportarías. Y todo ello de manera desinteresada. Como debe ser. Faltaría más.

Cuando una persona con un puesto de trabajo estable, en algunos casos bien remunerado, se mete en el berenjenal de la política ¿ qué es lo que busca? ¿poder?, ¿status?, ¿ mayor capacidad económica?, ¿ o simplemente jugar al Monopoly con fichas de verdad? El caso es que debe ser rentable y embriagador, por que la mayoría repiten perpetuándose en los cargos  como verdaderos abducidos, in saecula seculorum, creando una nueva clase social, oligarca, con valores intrínsecos  poco comprensibles para el  vulgo, utilizando un sistema de mutualismo consistente en el parasitismo social. Con la profesionalización de la política, ésta se convierte en un fin en sí misma derivando hacía ciertas conductas despóticas, maquiavélicas y nepóticas, negando la Mayor y transformando el arte de gobernar en una verdadera cuestión de fe. Mañana comienza el carnaval y no estaría de más que los dirigentes de esta sociedad dopada se quiten la máscara de la inmoralidad, los eufemismos baratos, la hipocresía y la mediocridad , y nos muestren sus verdaderas vergüenzas. Mientras, en Soria, la Junta tiene problemas para pagar el agua de los hospitales y 7020 parados.

Salgamos del letargo.

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30/1/13
José Ángel de Miguel Pérez
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Y la nieve, de nuevo, hizo acto de presencia. Y también, como es habitual en los últimos años, se convirtió en un reality show del que estuvimos absortos hasta que llegó el deshielo. Qué tendrá este  elemento que los sorianos lo llevamos tan adentro, como un marchamo de identidad. Cuando, por estas fechas, te llama un familiar exiliado lo primero que te pregunta es si ha nevado. Incluso ese sentimiento debió calar en Don Antonio , ya que en el poema a su amigo, José María Palacio, le hace esa observación (Aún las acacias estarán desnudas/y nevados los montes de las sierras./¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa..) “Nada en comparación con lo que caía antes” dicen los mayores. El caso es que las sierras lucen un consistente manto blanco, asunto éste, que merece una reflexión al respecto. 

 

Hace unos días, comentando con un amigo lo mal que están los tiempos, éste me decía que estaba un poco perplejo, ya que mucha crisis y mucho paro, pero que él no había encontrado hotel cerca de la estación de esquí donde suele ir a practicar este deporte en el Pirineo Aragonés. Todo estaba completo. He de decir que en estas lides, en las de los deportes de invierno, soy un auténtico profano, pero veo que con los recursos que tenemos, orográficos, meteorológicos y paisajísticos, el tema de la nieve en Soria, apostando por una estación de invierno como Dios manda, puede ser un auténtico dinamizador de una zona y un verdadero motor económico, propulsor, entre otras cosas, de puestos de trabajo. Si en la Covatilla, en Salamanca, o en la Pinilla , Segovia, lo han hecho con armas similares a las que hay aquí ¿ Por qué no se pone este asunto en valor y se apuesta en firme por ello? Me consta, que tiempos ha, se pusieron encima de la mesa propuestas y proyectos que se quedaron en nada por falta de voluntad política sobre todo. Hace unos años un lugareño de la sierra cuando empezaron a venir gentes de otros sitos a por los Níscalos dijo: “ ah, ¿Pero eso se come? Yo se lo echaba a los cochinos..” Salgamos del letargo.

Sanchos y Quijotes.

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23/1/13
José Ángel de Miguel Pérez
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El desprecio por el mundo rural que demuestran la instituciones, y por qué no decirlo, una gran parte de la ciudadanía, no es una cosa nueva. Ya lo he escrito en esta columna en alguna ocasión. El problema, creo yo, es de perspectiva y de cultura. En este país de taifas carentes de autonomía real ( “ manda güevos” como diría el Señor Trillo) la población, cualitativa y cuantitativamente, está peligrosamente descompensada a favor de las ciudades más pobladas. Esto supone que el modelo de gestión está enfocado totalmente a la cultura urbana, con su problemática y sus varietés. En el mes de octubre se dio cerrojazo al servicio de urgencias nocturnas en varios municipios ( una veintena )de toda la Comunidad Autónoma, donde Soria tampoco es una excepción. Ahí están los municipios de Arcos de Jalón, Medinaceli, Langa o San Esteban de Gormaz que languidecen ante el modelo de gestión impuesto desde los púlpitos populares de rentabilizar los servicios públicos. Lo curioso de este asunto es la relevancia que empieza a tomar en la opinión pública gracias, principalmente, a las acciones judiciales ejercitadas por varios municipios de Castilla La Mancha  ante los cierres de las urgencias nocturnas  ( más allá de formalismos). Será que allá son más Quijotes y aquí, en Castilla y León, somos más Sancho Panzas.

 

Se ha tenido que ver la eficacia de las acciones de los vecinos del sur para mover ficha y reivindicar lo obvio. Lo cierto es que en nuestra provincia, entre que no hay gente ni para pedir pan y el servilismo que ante la partitocracia y meritocracia ejercen los prebostes responsables de los municipios afectados, estamos sumidos en el limbo del abandono y la desigualdad. Luego, cual fariseos,  se les llena la boca de mi “pueblo”, mi “comarca”, el “mundo rural” ¿ Es así cómo luchan para mantener un mundo que aparece protegido en todos los Estatutos de Autonomías y en otras leyes fantasmas? Al final,  resurgirán, las Tías Parteras y los trasnochados manuales de etnomedicina.

 

Esto no me lo dices en la calle.

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16/1/13
José Ángel de Miguel
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El invierno tiene mucho de mesa camilla y brasero. También de sobremesa tras una buena comida de cuchara y puchero. En estas reuniones, como se suele decir, se arregla el mundo; se opina de todo. Las lenguas, que no conocen de censura alguna, sueltan lo que probablemente no se atreverían a manifestar y argumentar en otros foros, ni siquiera en el Bar, el campo de fútbol, la consulta del médico o la peluquería ( lugares, éstos, donde la libertad de expresión, no ha conocido muchas restricciones y donde se han descabezados un buen número de títeres). Como digo, en el fragor de una tertulia doméstica, es como si estuviéramos en una reunión de una célula de una sociedad clandestina donde se estuviera gestando el germen de algo importante que pudiera cambiar el sistema al que estamos sumidos. Se siente una sensación agradable al comprobar que en la dialéctica empleada se huye de lo políticamente correcto. Esto de alguna manera nos hace un poco hipócritas. Los temas surgen , se enlazan , se pierden y se recuperan como cuando teníamos que hacer un viaje en tren desde Soria a Almería, cuyos trasbordos suponían una pequeña aventura en aras a coger a tiempo el tren correcto. 

 

El otro día, en una de estas cotidianas sobremesas, una de las comensales comentó que la cigüeña ya había llegado, que la había visto en la torre del campanario de su pueblo. De inmediato otro contertulio, tras señalar que cada vez vienen antes estos animales, señaló el expolio que estaban sufriendo los campanarios de los pueblos de la provincia, en alusión directa a lo ocurrido en la iglesia de Fuentecantales. Total , que el tema derivó, ante el abandono que la provincia estaba sufriendo, en que deberíamos exigir al gobierno o al sursum corda, un régimen específico de gestión para lo provincia, que tuviera presente las peculiaridades de la misma. El asunto fue subiendo de tono hasta el punto de plantear una exención o beneficios fiscales para sacarnos del hoyo. Esto no me lo dices en la calle ¡Ay, señor, no somos nada!

Subsistencias.

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9/1/13
José Ángel de Miguel Pérez
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No hay nada más hipnotizador que el fuego que mana del hogar de una vieja cocina de pueblo. Ayudado por el crepitar de los troncos de roble y por el embriagador olor de las morcillas recién colgadas, uno retrocede a los tiempos de los abuelos, donde la economía de subsistencia era la única posible en las comunidades rurales. Una sociedad basada en una agricultura y una ganadería familiar sin excedentes, lo justo para alimentarse y vestirse. Lo poco que sobraba se destinaba al trueque, que en algunas ocasiones constituía un verdadero lujo. A la fuerza había que ser solidario y reforzar el sentimiento de comunidad, de lo contrario, el individualismo abocaría en la miseria más absoluta. 

 

La Matanza del cerdo es un claro ejemplo. Lo que hoy se rememora como una fiesta, antaño era un uso necesario para la subsistencia, que precisaba la presencia de colaboradores durante varios días. Desde el sacrificio del animal, donde además de pericia, había que ejercitar cierta fuerza física para que la empresa no se fuera al traste y diera lugar a la huída  del marrano del envite, apareciendo en algunas ocasiones fuera de las lindes del pueblo; el escaldado, o según otras zonas, el socarrado del animal,  para eliminar el pelo de la piel; lavar el menudo para posteriormente elaborar las morcillas; trocear el cerdo para posteriormente preparar los enajados y adobos; cortar meticulosamente la carne magra y amasarla para preparar chorizos , salchichones y güeñas; prensar los jamones… Todas estas actividades, que debían realizarse de manera perentoria,  sería imposible llevarlas a cabo sin el concurso de un buen grupo de gente. 

Hoy, una vez que los Reyes Magos nos han dejado un montón de regalos para reafirmarnos en el individualismo social en el que estamos sumidos y con el consumismo como motor de las relaciones sociales y económicas, dejamos el humo de las viejas cocinas rurales para invocar, paradójicamente, la subsistencia de la economía.

El día de la marmota.

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2/1/13
José Ángel de Miguel Pérez
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Acabado el 2012, ¡salve al 2013! Según los gurús el año que comienza va a hacer bueno al año que acabamos de finiquitar. El caso es que la despedida del duodécimo año del segundo milenio, en cuanto a la forma, no ha sido sustancialmente diferente a otros años con mejor prensa. A esta conclusión he llegado después de esperar,el pasado lunes, durante más de veinte minutos en la cola de un hipermercado de la capital, donde todas las cajas estaban petadas y todo Dios hacia acopio como posesos ante un eventual Apocalipsis. Es como si viviéramos atrapados en el tiempo, como Bill Murray en el Día de la Marmota, donde todo se repite y nuestra percepción de la realidad, al ralentí, se altera sensiblemente. No me digan que no: Los telediarios haciendo balance del año, más o menos con argumentos similares a años anteriores y con los mismos reportajes de siempre:  el señor que le da cuerda al Reloj de la Plaza del Sol, de dónde viene la tradición de las uvas, los absurdos rituales para empezar bien el año, quién ha sido el primer niño o niña en nacer, que los Italianos comen lentejas para fin de año…. 

 

Por otro lado las galas televisivas con la misma oligarquía artística de siempre cumpliendo  con su función de carta de ajuste; el concierto de año nuevo, los saltos de esquí y la resaca de la pantagruélica cena de fin de año, no exenta de esperpénticas heridas ( no graves) a consecuencia de las rozaduras ocasionadas por la ropa interior roja de talla única…. En fin, que a pesar de la crisis, la troika, los alemanes, el Euro y la madre que lo parió, hay cosas que no cambian. De momento, aquí en Soria, como todos los años, vendrán los Reyes ( los magos), la gente se irá, los que se queden se harán más viejos, se nos prometerá el oro y el moro y seguiremos yendo a remolque. Llegarán la Jornadas de la Matanza del Virrey, los Carnavales, la Semana Santa, las despedidas de Soltero, las Fiestas de San Juan, las fiestas veraniegas de los pueblos, San Saturio, algún que otro Ere y la Lotería. Seguimos atrapados en nuestro tiempo.