Tiros y Tracas. Estamos de Feria.

De aldea en aldea...
18/4/12
José Ángel de Miguel Pérez
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La casualidad, o la fatalidad, según se mire, ha querido que en estos días coincidiesen unos hechos que han salpimentado el pastel de carne en el que se ha convertido el noticiero cotidiano. Sabido es que el pasado sábado , catorce de abril, los republicanos, aquellos ciudadanos que abogan por la abolición de la monarquía como forma política del Estado, por tener su base en principios de desigualdad , conmemoraban el octogésimo primer aniversario de la Segunda República con más fe y causas que en otras ocasiones. Como decía un convencido activista : “¡La Tercera República está cada vez más cerca; no lo están poniendo a huevo!” . Ilusiones a parte, el motivo causante : las venturas y desventuras de de los miembros de la Realeza Española. Unos personajes que siguen interpretando un papel de folletín decimonónico y que piensan ( igual están en lo correcto) que están por encima del bien y del mal, sin tener en cuenta que los tiempos cambian vertiginosamente y que no basta solamente con sonreír forzadamente para cumplir con sus vacuas funciones. Si lo de los yernos reales “per se” es de traca, hay que sumar las andanzas del gran Jefe de la tribu, que solidarizándose con su pueblo da ejemplos de austeridad y moralidad yéndose a tirotear paquidermos a las tierras del Kalahari. A este paso las figuritas que el Museo de Cera dedica a la familia Real Española van a experimentar derretimientos varios no motivados precisamente por el cambio climático.

 

Marco Aurelio, con su estoicismo característico, en la efervescencia de una dolorosa resaca, marcó estilo al pronunciar aquello de  “aunque los Reyes obren bien, hablarán mal de ellos”. Una manera cualquiera de esconder el bulto. Cierto también, metidos en cavilaciones regias, lo que dijo el teólogo francés Fénelon, “Así como la demasiada autoridad corrompe a los reyes, así el lujo emponzoña toda una nación”. Pues a aplicarse el cuento, su excelsa moralidad, que lo único que tiene que hacer, en el seno de una monarquía parlamentaria, es ser un ejemplo, un símbolo y ejercer una representatividad dentro de los terrenos de la ética y de la moral. Otro capítulo merece uno de los pequeños de la saga, que viene haciendo bueno el dicho de “ padres gatos, hijos michinos”. Con lo ocurrido en el Garrejo la semana pasada al chaval lo noté preocupado, más que por el pie, por la bronca que le iba echar el Yayo. Ahora con lo de los elefantes ya puede estar tranquilo.

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