Gallofas

De aldea en aldea...
28/9/11
José Ángel de Miguel
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He de confesar que soy un fervoroso seguidor del programa “Un  País para comérselo”. De hecho es de lo poco que veo en la televisión. De una manera cercana, el tándem Echanove –Arias, nos aproxima  a territorios, tradiciones, fogones y  viandas que sirven de elemento básico para crear una cultura. Muchos envidian a los televisivos por el uso que hacen del paladar. Yo, no. También es cierto que por mi condición de Soplagaitas me ha tocado, y me tocará, catar suculentos manjares que se presentan en calderetas, parrilladas, paelladas y en especial las Gallofas. Todo un privilegio. Como digo,  estas últimas no tienen que envidiar en nada a los mejores manteles y a los más exquisitos figones. Desnaturalizadas  las Gallofas de su principal objetivo, recoger dinero, limosna, aguinaldos  para hacer frente a los costes de la fiesta a cargo de los mozos, hoy , la mayoría se han convertido en actos de confraternización y comunión en donde la palabra Pueblo se hace propia y se eleva a los altares del arraigo. 

 

Lo que sí se puede decir muy alto es que estos actos sólo se pueden mantener en el ámbito rural, difícilmente exportable al mundo de la urbe ( No me imagino una Gallofa en Madrid , casa por casa acompañado de una cuadrilla de Gaiteros. Probablemente tendríamos para más de un lustro con el consiguiente deterioro del hígado y de las neuronas) y de eso, de ruralidad, en la provincia tenemos en abundancia.

El pasado lunes estuve en la Gallofa de Navalcaballo, una de las más peculiares de la provincia, y por ende del mundo, cuya particularidad deriva, además  de sus más de siete horas de duración y  de la cantidad de manduca y bebitoque (con una presentación impecable y una variedad digna de unas jornadas gastronómicas) que se ofrece al gentío, en el sentimiento y en las ganas de hacer pueblo, elevando la fiesta a la categoría de rito con una liturgia tan básica y tan copiada como es la de fusionar la música, el cantar y el yantar en plena comunión , orden , concierto desinhibido y espontaneidad ¿ No es esta la verdadera definición de Fiesta con mayúsculas? 

No es sólo Navalcaballo  el único lugar donde  pueden presumir de Gallofa, hay , afortunadamente, muchos pueblos, como Fuentestrún, Gallinero, Tera, El Cubo de la Solana, Martialay, San Andrés de Soria, El Cubo de la Sierra, Tajueco, Suellacabras, Camparañón, Cirujales del Río… y un sinfín de lugares más, que de conocerlos , Echanove e Imanol Arias, no dudarían en visitarlos y …. en comérselos.

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