Con la que está cayendo no nos queda otra que “capear el temporal”. Si no teníamos suficiente con los recortes, el paro, el euro y la madre que lo trajo al mundo, entre otras cosas, la Comunidad Autónoma de Castilla y León en un ejercicio de soberanía ha impuesto el céntimo sanitario, lo que conlleva pagar un poco más por cada litro de combustible que repostemos al vehículo; doscientas treinta y tantas pesetas. Con poco más comíamos el menú del día en el comedor universitario en el Valladolid de los años noventa. Más allá de comparaciones trasnochadas, el caso es que dar de beber al transporte en estos tiempos va a suponer un lujo, sobre todo con los salarios que se están cobrando, y sobre todo un reflejo en la microeconomía del día a día al ver como los productos que van y vienen verán incrementados sus precios ante la subida de los costes del transporte, sobretodo en provincias como la nuestra a las que hay que traer casi todo de fuera. Claro que en esta tesitura, los librepensadores del gobierno ( central y autonómico) ya han previsto que para evitar la diferencia que supone la subida del carburante a las empresas, éstas en vez de subir los precios del producto para garantizar el beneficio rentable, ya se lo bajaran del salario de los trabajadores que tienen en nómina, así todos tan contentos ( me refiero a gobernantes y empresarios). Volviendo a lo del céntimo sanitario, lo qué no entiendo es como con tanto descontrol como ha habido de las partidas presupuestarias, y eso que hay controles internos y externos “muy exhaustivos”, se puede controlar que una parte del gasoil que echo al coche vaya a sufragar las consultas externas sanitarias, por poner un ejemplo, del Complejo Hospitalario de Santa Bárbara, y no se vaya a sufragar una subvención para fomentar la Caza entre los colegiales. Perdonen que a estas alturas desconfíe de los gestores con los antecedentes que tienen y crea que esta medida, loable en esencia en otros tiempos y otras coyunturas, no sea más que un eufemismo político y un saca perras más sin repercusión alguna en el servicio sanitario.