Vuelve Carpanta.
Hace tiempo, releyendo alguno de los “ Superhumores” de la infancia, tuve la impresión de que la mayoría de los personajes, y las propias historias en las que participaban, de una u otra manera no perdían vigencia con el paso de los años. Me refiero a los Rompetechos, Mortadelo y Filemón, los hermanos Zipi y Zape, Pepe Gotera y Otilio, el Botones Sacarino….. La única excepción era Carpanta (Según el diccionario de la RAE Carpanta significa hambre violenta), el personaje de Escobar que toda su vida giraba en torno a la imperiosa necesidad de llevarse algo al estómago. Me parecía, aun con su gracia, que el personaje estaba trasnochado y obsoleto desde la perspectiva que proporcionan los tiempos del consumismo exacerbado y de la opulencia desmedida. Pues bien, a partir de ahora esas historias basadas en las peripecias de un hambriento que vive bajo un puente, que de vez en cuando desempeña oficios esporádicos y qué su única motivación es encontrar algo de comer, van a ser muy comunes y cercanas. ¿Alguien cree que estoy exagerando? Cierto es que nos cuesta reaccionar hasta que estas cosas no nos empiezan a tocar de cerca.